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Novena de Navidad

Villancicos

Día 7

Benignísimo Dios, Padre de infinita caridad, que nos has amado tanto y que nos diste en tu Hijo la mayor prenda de tu amor, para que encarnado, y hecho nuestro hermano en las entrañas de la Virgen, naciese  en un pesebre para nuestra salvación. Te damos gracias por tan inmenso beneficio.

 

En acción de gracias te ofrecemos, Padre, nuestro deseo sincero de reconciliación y de paz, manifestado en el compromiso de cada colombiano por un trabajo conjunto que nos permita superar las diferencias; podamos respetarnos y reconocernos como hermanos.

 

Dispón nuestros corazones al perdón para no dejarnos vencer del odio y la venganza que agitan la violencia, que nos sumen en un ambiente de  desconfianza y nos desaniman  en la construcción de la paz.

Te pedimos que esta Navidad, fiesta de paz y alegría, sea para nosotros una ocasión oportuna para renovar nuestra fe y vivirla en comunidad.

 

Amén. (Se reza tres veces Gloria al Padre)

Lema

Ser agradecidos, nos ayuda a vivir en paz y armonía

María dijo entonces: «Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi salvador, porque el miró con bondad la pequeñez de tu servidora. En adelante todas las generaciones me llamarán feliz, porque el Todopoderoso he hecho en mí grandes cosas: ¡su Nombre es santo!

 

Su misericordia se extiende de generación en generación sobre aquellos que lo temen.

Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los soberbios de corazón.

Derribó a los poderosos de su trono y elevó a los humildes.

Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías.

Socorrió a Israel, su servidor, acordándose de su misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y de su descendencia para siempre».

 

María permaneció con Isabel unos tres meses y luego regresó a su casa.

Es difícil ser agradecidos en una cultura de muerte, de mentira, de activismo, de afanes y de experiencias inmediatas; no es fácil ser agradecidos en medio del conflicto que destruye la armonía y desplaza comunidades; sin embargo, en medio de la ruptura del tejido social debemos aprender a detenernos y poder apreciar lo que tenemos y entre las muchas cosas bellas está la mano generosa, amable, cercana, que nos ayuda a cruzar la calle de la injusticia social, (Efesios 2,15-16).

 

Observemos que el cántico del “magníficat” es en última instancia la respuesta de María a la primera palabra que le dirigió el Ángel: “¡Alégrate!” Después de pasado un tiempo, durante la visión, Isabel le recordó con otros términos la primera palabra del Ángel: “¡Tú eres feliz!” En este momento, después de todo este proceso de maduración interna, es la misma María quien lo va a decir: “¡Me alegro en Dios mi Salvador!” Ella ha contemplado el paso de la Providencia por su vida y la abundancia de la Gracia, le inspira una oración de alabanza y gratitud.

 

Este cántico  nace de un corazón agradecido con Dios, de un corazón atento a la voz y a la acción de quien le ha dicho que la ama profundamente.  Uniendo nuestra voz a la de la Virgen, agradecemos al Señor este tiempo de gracia en el cual podemos reconocer que “Colombia es capaz de Misericordia” y “…que nuestro sufrimiento no ha sido inútil, no ha sido en vano, que ese caudal inmenso de dolor que nos ha desgarrado por décadas de conflicto y que ha dejado seis millones y medio de víctimas, por obra de su gracia será la semilla que fructifique en resurrección.”

 

Porque la gratitud es un estilo de vida soy capaz de vivir en Paz y Armonía.

La gratitud es la llave para encontrar el sentido de la vida

Oración para todos los días

Signo

Escribir una frase que exprese la gratitud que siente por algún beneficio

Proclamación de la Palabra: Lucas 1, 46-56

Hecho de vida

Reflexión

Compromiso

A partir de ahora mi gratitud la expresaré a los demás a través de un abrazo, un beso, un sincero gracias.

Villancicos

Una maestra le pidió a sus alumnos de primer año de primaria que hicieran un dibujo de algo por lo cual estuvieran agradecidos. Pensó en cuán poco tendrían que estar agradecidos estos niños de barrios pobres, pero sabía que la mayoría de ellos dibujarían pavos o mesas con comida.

La maestra quedó desconcertada con el dibujo que Carlitos le entregó… Una mano infantilmente dibujada. Pero, ¿la mano de quién?

La clase quedó cautivada por la imagen abstracta.  

“Creo que debe ser la mano de Dios que nos da la comida”, dijo un niño. “Un granjero”, sugirió otro, “porque él cría pavos”.

 

Entonces preguntó a Carlitos de quién era la mano. “Es su mano maestra”, balbuceó. Ella recordó que, frecuentemente, a la salida de la escuela ella lo ayudaba a cruzar la calle. Y eso había significado mucho para él.

 

Qué importante es aprender a reconocer el bien recibido; qué importante es saber decir gracias y no esperar a que las personas que han marcado positivamente nuestra vida ya no estén para expresarles lo mucho que valoramos el apoyo recibido.

Conferencia Episcopal de Colombia

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