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Lecturas

Monseñor Oscar Urbina Ortega

Arzobispo de Villavicencio

Vicepresidente Conferencia Episcopal de Colombia

Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre. 

Primera parte

Segunda parte

Primera palabra: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”

Del evangelio de san Lucas: capítulo 23, versículo 34

Cuando llegaron al lugar llamado la calavera, crucificaron allí a Jesús y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Jesús dijo: padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.

 

Segunda palabra: “En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso”

Del evangelio de san Lucas: capítulo 23, versículo 39 al 43.

Y uno de los malhechores que estaban colgados allí le lanzaba insultos, diciendo: ¿no eres tú el cristo? ¡sálvate a ti mismo y a nosotros! Pero el otro le contestó, y reprendiéndole, dijo: ¿ni siquiera temes tú a dios a pesar de que estás bajo la misma condena? Y nosotros a la verdad, justamente, porque recibimos lo que merecemos por nuestros hechos; pero éste, nada malo ha hecho. Y decía: Jesús, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. Entonces Jesús le dijo: en verdad te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso.

 

Tercera palabra: “Mujer: eh ahí a tu hijo”

Del evangelio de san Juan: capítulo 19, versículo 26 al 27.

Y cuando Jesús vio a su madre, y al discípulo a quien el amaba, dijo a su madre: ¡mujer, he ahí tu hijo! Después dijo al discípulo: ¡he ahí tu madre! Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su propia casa.

 

Cuarta palabra: “Dios mío ¿por qué me has abandonado?”
Del evangelio de san marcos: capítulo 19, versículo 33 al 34.

Y desde la hora sexta hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora novena. Y alrededor de la hora novena, Jesús exclamó a gran voz, diciendo: Eli, Eli, ¿Lema Sabactani? Que significa: dios mío, Dios mío, ¿por que me has abandonado?…

 

Quinta palabra: “Tengo sed”

Del evangelio de san Juan: capítulo 19, versículo 28 al 29.

Después de esto, sabiendo Jesús que todo se había ya consumado, para que se cumpliera la escritura, dijo: tengo sed. Había allí una vasija llena de vinagre; colocaron una esponja empapada del vinagre en una rama de hisopo y se la acercaron a la boca.…

 

Sexta palabra: “Todo… está consumado”.

Del evangelio de san Juan: capítulo 19, versículo 30

Entonces Jesús, cuando hubo tomado el vinagre, dijo: ¡todo… está consumado! E inclinando la cabeza, entregó el espíritu.

 

Séptima palabra: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”.

Del evangelio de san Lucas: capítulo 23, versículo 44 al 46

A la hora sexta descendieron las tinieblas sobre la tierra hasta la hora novena y el sol se eclipso. El velo del templo se rasgo en dos y Jesús clamando a gran voz dijo: padre en tus manos encomiendo mi espíritu, y diciendo esto expiró.

Señor tu nos dijiste “donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”. Estas palabras nos animan como Iglesia a mantenernos unidos en una sola plegaria: la reconciliación y la paz para nuestro país. Señor, los colombianos en su inmensa mayoría somos personas de fe. Niños, jóvenes, familias, campesinos y demás grupos de la sociedad, no perdemos la esperanza de ver que en un futuro muy cercano, el perdón venza al odio y los enemigos puedan reconocerse como hermanos. Señor, sabemos que el camino a la cruz lo hiciste por la reconciliación del hombre con Dios. Al ofrecer este Santo Vía Crucis por la reconciliación de Colombia herida por el pecado de la muerte y la violencia, concédenos la gracia de permanecer fieles a tus palabras y enseñanzas, para que los colombianos descubramos en Ti, el camino, la verdad y la vida, que pueda sacarnos de las tinieblas de la muerte y conducirnos al reino de la justicia y de la paz. Queridos hermanos acojamos con fe y esperanza estas palabras del apóstol Pablo: “¿Quién nos separará del amor de Cristo?: ¿la tribulación?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿el peligro?, ¿la espada?... Pero en todo esto vencemos gracias a aquel que nos ha amado” (Rm. 8, 35.37).

 

Monseñor Luis Augusto Castro Quiroga

Arzobispo de Tunja – Presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia

Vía Crucis - Jubileo de la Misericordia

Hoy conmemoramos el misterio de nuestra redención, contemplamos a Jesús conducido por las autoridades judías ante las autoridades romanas. El Señor es acusado por los sumos sacerdotes, condenado a muerte por el prefecto romano, torturado y asesinado por la guardia romana. Se le acusa de proclamarse rey de los judíos y de presentarse como hijo de Dios. [DESCARGAR]

Las lecturas nos presentan el valor redentor del sacrificio del Siervo de Dios, Jesús, que con su pasión y muerte en cruz cumple la voluntad redentora del Padre: vence el pecado y nos reconcilia definitivamente con Dios.

Orientaciones para la Homilía

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