El perdón es un acto heroico
“No puede existir paz si no madura en los corazones de las personas un proceso exitoso de reconciliación. (…) El perdón, ofrecido y aceptado, es premisa indispensable para caminar hacia una paz auténtica y estable.
El perdón no surge en el hombre de manera espontánea y natural. (…) La experiencia liberadora del perdón, aunque llena de dificultades, puede ser vivida por un corazón herido, gracias al poder curativo del amor, que tiene su primer origen en Dios-Amor.
El perdón es una decisión personal, libre y de la voluntad, cuyo objetivo es renunciar a la venganza y querer, a pesar de todo, lo mejor para el otro. Es algo independiente del sentimiento; se puede perdonar aun cuando uno no lo “sienta”. El perdón no está subordinado a nada, ni depende de que el otro cumpla ciertos requisitos. Se perdona porque simplemente se quiere hacer.
La acción de perdonar implica mínimamente tres momentos: primero, reconocer y contar el dolor-caos que ha ocasionado la ofensa y la rabia-rencor subsiguiente; segundo, tomar la decisión de perdonar totalmente, independiente de si el ofensor pide o no perdón. El perdón es un don moral y no requiere el arrepentimiento del ofensor. La tercera fase es comprender al ofensor y pasar de la retaliación a la compasión.”*
Sabemos que perdonar no es fácil, sin embargo hay personas que sí lo han hecho. Aquí te presentamos algunas experiencias de perdón que, gracias a la Fundación para la Reconciliación (ES.PE.RE), nos gustaría te animen a tomar esta decisión en tu familia, en tu trabajo o quizás en tu comunidad.
* Conferencia Episcopal de Colombia, (2006). “Artesanos del perdón, la reconciliación y la paz”, Bogotá: 44-45, 2006.
Lo que no es el perdón
¿Conoces historias de perdón? Puede ser en tu familia, en tu trabajo o con tus amistades. Te invitamos a que las compartas. Escríbenos y juntos en Adviento ambientemos nuestros corazones para recibir al Señor